Aparcamiento exterior.

Esta en frente de la entrada del colegio. Tiene una pequeña rotonda llena de flores que forman el escudo del colegio.

Se empieza a escuchar sonidos fugaces de hélices. A lo lejos se ve un helicóptero que no volaba bien, sino que se tambaleaba. Con mucho esfuerzo el helicóptero aterriza muy forzosamente, cayendo en el aparcamiento. Sin embargo, nadie sale de él.

Apoyo la mano en la barandilla e intento salir. Cuando salgo, me tambaleo y caigo contra el helicoptero. Tenía una venda en los ojos, y bajo mi ojo derecho, residía una gran base de sangre seca.

Reconozco la voz.

- Vaya - murmuro. - Parece que he llegado bien aún sin ver. ¿Donde estamos?

Miro sin ver hacia ambos lados.

- Y por donde es eso? Aun no llevo muy bien lo de andar sin ojos. Y otra cosa, ¿Curarme que? Estoy bien.

- Si los tengo, pero por ahora, no podré usarlos. - Contesté intentando andar hacia delante.

- No! - dije soltandome de ella y por tanto, cayéndome al suelo. Me levanto de nuevo y empiezo a andar yo solo. - Tengo que irme acostumbrando.

- Lo sé, pero tenía que ir. - Me acerqué hasta una farola, que me paré sorprendentemente justo un centímetro antes de chocarme contra ella. La rodee y seguí andando hacia la puerta.

Llego a la puerta de la universidad, y entro palpando la puerta.

Me giro hacia donde viene la voz.

- ¿Puedes llevarme de nuevo al helicóptero?

Voy hacia el helicoptero con Bella.

- ¿Que tal tu viaje? - pregunto mientras sigo andando.

Suspiro.

- No sabría decir si eso es bueno o malo...

Subo al helicoptero sin problemas. Había subido miles de veces, sabía hacerlo sin ojos. Me senté en el asiento y suspire.

- Puedes irte si lo deseas.