Aparcamiento exterior.

- Deberías irte con Tomas, querida. Puede echarte en falta - murmuro echando la cabeza hacia atrás.

- Está bien, puedes traerme alguna cosas? - pregunto sin moverme.

- Una tela negra de almenos un metro. Un espejo pequeño. Unas pinzas también pequeñas con unas tijeras. Y si puedes traer alguna venda nueva, mejor.

- Puedes traermelo sin más?

Suspiro al oir como se va y paso mi mano por los mandos del helicoptero.

- Pon el espejo frente a mi y cubreme con la tela negra de modo que ni tu veas nada, ni entre la luz directa.

Cojo las pinzas y las tijeras, me quito la venda que tenía, se escucha como hago cosas que Bella no alcanza a ver, hago un ruido con un grito sordo, y me pongo de nuevo la venda nueva pero esta vez solo en el ojo derecho.

- Ya está Bella, murmuro. Cuando me quita la venda, sonrío al ver de nuevo su rostro.

Ahora que puedo ver, tomo el helicóptero y salgo de allí volando.

El autocar proveniente del aeropuerto me deja en la misma puerta. Cargo con todas las bolsas de deporte y regalos. Me fijo en el campo de baloncesto.
Sin pasar por las habitaciones voy para allá.